sábado, febrero 10, 2024

 ARQUITECTURA DEL PARAISO

INGENIERIA DE LA VIDA ETERNA


QUIERES SABER DONDE VIVIREMOS POR SIEMPRE?

    

    En esta ciudad viviremos aquellos que pasemos el Juicio Final, los que seamos declarados justos por el Juez Yeshúa, el nos juzgara con la Torah de Yehováh. Si nuestro cumplimiento de la Ley es aceptable para el Juez, seremos declarados “ciudadanos del reino de Dios”, inscritos en el Libro de la Vida, injertados en una de las doce tribus e Israel, e ingresaremos a ella por la puerta correspondiente a la tribu a la que fuimos asignados. Como Ingeniero, me puse ha investigar, sus características arquitectónicas,  medidas, como lucirá y los materiales como estará hecha. Allí viviremos por toda la eternidad.





Los cimientos del muro de la Nueva Jerusalem que bajara del cielo estarán adornados con toda clase de piedras preciosas. Hay doce puertas, con los nombres de las 12 Tribus de Israel: Judá, Simeon, Dan, Levi, Ruben, Jose (Efraín, Manases), Isacar, Zabulon, Gad, Aser, Neftalí y Benjamin. Y doce cimientos. Cada uno de ellos es de más de 2,195 kilómetros en cada dirección. 


Tendrá tres puertas al este, tres al norte, tres al sur, y tres al oeste. El muro de la ciudad con doce cimientos y en ellos, en los muros está escrito (como cuando escribimos en los andenes de nuestras calles en nuestras aceras con el concreto, todavía está húmedo), en estos cimientos gigantescos está escrito el nombre de los Apóstoles. 


Los doce escogidos por el cordero. Shaúl Pablo es uno de ellos pues te aseguró que Judas no estará allí, Pablo fue a quien Yeshúa escogió para que reemplazará a Judas Escariote. En el  versículo 15 de Apocalipsis 21, dice: “El ángel que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad estaba asentada en forma de cuadro, su longitud es igual que su anchura y midió la ciudad con la vara doce mil estadios”, lo cual es alrededor de 2,195 kilómetros en cada dirección. 


Su longitud, su anchura y su altura son iguales. Luego él midió el muro alrededor y midió ciento cuarenta y cuatro codos, según medida humana. Así fue como lo midió el ángel, así es como lo dice el texto, el ángel lo midió como lo mediría un hombre, pero el codo divino de 20.62 pulgadas es 4 pulgadas más grande que la del hombre común, lo cual es la distancia desde el codo hasta la punta del dedo mediano y si el ángel usó el codo divino, el codo de la Toráh, el muro sería de más o menos 250 a pies de alto; un muro bastante alto, un muro gigantesco y dice que el material del muro era jaspe y la ciudad era de oro puro, semejante a un vidrio transparente. 

Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas. 


El primer cimiento de jaspe, el segundo zafiro, el tercero ágata,  el cuarto cimiento de esmeralda, el quinto sardónice, el sexto sardio, crisólito, el octavo berilo, el noveno topacio y el décimo es crisóprazo el duodécimo amatista. Las doce puertas eran doce perlas y cada una de las puertas, tiene uno de los nombres de las doce tribus de Israel cada una de las puertas es una perla. O sea el padre ve a cada una de las tribus, como una piedra preciosa. 


Las calles de la Nueva Jerusalem serán de oro puro, transparente como vidrio, y no tiene Templo porque Yehováh Elohim es el Shadai y el Cordero es el templo. La ciudad no tiene necesidad que el sol, ni la luna para que la iluminen, porque la gloria de Yehováh la ilumina y el Cordero es su lumbrera. 


Las naciones que hubieran sido salvas andarán en la luz de ella y los reyes de la tierra traerán su gloria y su honor a ella, sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Las naciones llevarán su gloria y su honra a ella, a la ciudad y jamás entrará en ella nada inmundo, ni que practica abominación y mentira sino sólo aquellos cuyos nombres están inscritos en el Libro de la Vida del Cordero todos los demás serán excluidos.

Después el ángel, mostró un río limpio de agua de vida resplandeciente como cristal que salía del trono de Yehováh y del Cordero en medio de la calle de la ciudad, y a cada lado del río estaba el árbol de la vida. El árbol está en medio de la calle y a cada lado del río,  árboles de la vida los cuales producen doce clases de fruto, dando su fruto cada mes, y las hojas de los árboles eran para la sanidad de las naciones, no enfermaremos. Y dice que ya no habrá más maldición, el trono de Yehováh y del Cordero, Yeshúa, estará allí y sus siervos le servirán ellos verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. 

Ya no habrá más noche ósea que ya no necesitarán luz de lámpara, ni luz del sol, porque el esplendor  de Yehováh, su Elohim los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos, y esto claramente está haciendo referencia a lo que nos dice el libro de Daniel, capítulo  7 versículo 17, donde los siervos donde los siervos de Yehováh, los siervos del Mesías reinarán con él, junto con él, por los siglos de los siglos y esto es claramente coherente con lo que vemos en la Biblia, durante el reino milenario, donde los siervos del mesías reinarán con él por mil años. Pero luego también reinarán junto con él por los siglos de los siglos.. 


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